Sonrisa

Cejas como arcos adornados,

dos planetas que se expanden,

ambos con el mismo color,

con la misma pasión y fervor.

Un impulso fuerte, con ginebra

saltando en tu pecho el corazón,

suspira tu alma a la vez

que la inclinación de tus pies.

Erizamiento del pelo por la emoción,

un agradecimiento anterior,

y finalmente esa sonrisa con amor.

Te devuelven el gesto tan fuerte,

que la tuya se queda corta

y ansías exhibir otra,

pero esta vez, enseñando mucho diente.

Porque es belleza en su plenitud

el acto de sonreír fervientemente,

pero que mejor manera de vivir

que con sonrisas, locamente.