Lágrimas

Nadie ha podido jamás explicar aquello por lo que vivimos. Nuestra alma es un flujo de sentimientos; pasiones y emociones entrelazadas entre sí.
Ahí yacen aquel conjunto de gotas que nadie nunca ha podido explicar. Cayendo, acariciando suavemente todo tipo de pieles, de todo tipo de color, de todo hombre y mujer que se agarra a las raíces de la vida. Una mujer que me comprendía me dijo: escribe sobre "las lágrimas como único fenómeno que la ciencia no ha podido explicar en el ser humano". Difícil tema sobre el que hablar, sobrecogedor en fondo bañado en aquella salinidad que inunda ese contacto físico con el agua. Representa tantas pasiones, todas ellas, escondidas en escasos mililitros de agua corriendo sobre nuestra piel.

A veces, nos tragamos ese escaso agua salada para retornar a nosotros lo que expulsamos y recobrar de alguna manera, lo que dejamos escapar y lo que volveríamos a experimentar.
Como si fuesen esclavas de un sufrimiento, amor, amistad, ira, avaricia, felicidad, ellas, caen lentamente dejando un invisible camino que marca la diferencia entre el ser o no ser. Así, el ser humano se arraiga a este hecho, en el que la expulsión de factores que lo corroen son satisfactorias en sí. Creo que no nos damos cuenta. Un simple parpadeo que ha sido dado por un sentimiento que le antecede, da paso a una forma singular saliendo del mismo alma del hombre; pero esta vez, materialmente.
Como si una espada te hubiese sido clavada, te hace caer insustancialmente, y esa unión que crea el dolor con el exterior, es remediada, es calmada por estas figuras protagonistas de este relato. Sentimientos comprimidos en tan poca sustancia. Increíble  Pero que haríamos sin esto. Poca cosa, la verdad. no podríamos demostrar todo lo que sentimos, no lo podríamos soltar de ninguna forma. ¿Gritar? No hay mayor consuelo que sentir como baja por tu mejilla y sentir tu fuerte golpe contra el suelo. Y allí se queda, silenciada para siempre, olvidando lo que le diste; dejando escapar todo.

Posiblemente, contengamos a estas figuras para no mostrarnos a nosotros mismos, o para evitar nuestra vergüenza  Pobres de nosotros. debería ser una muestra de valentía expulsar todo lo que nos corroe por dentro, echando fuera, lejos, todo lo que ha morado tanto tiempo dentro de ti. ¡ Déjalas! Déjalas volar alto y chillar al cielo lo que tu no puedes rogar, que aclamen a lo alto lo que tu no puedes esperar; la libertad a lo que fuiste, eres y serás.

Tener una botella para coleccionar lágrimas, y que más tarde, cada una nos cuente su historia. De eso podría vivir el hombre.